Sunday, September 20, 2009

Ciencia y Fe

Copiamos la reseña del periodico La Vanguardia del 2 de abril de 1894.


Notas bibliográficas

Gonzalo de Castro.— Ciencia y Fe.—Poesías.—
Madrid, Imp. y Lit. de R. González, 1894.—:
Un vol. de i7><«2 cms. y 99 páginas.—1 peseta, Gonzalo de Castro es de los poetas expansivos, de los que desenvuelven sus sentimientos, de los que hinchan ia frase y coavierten en música las ideas, de los grandilocuentes, en una palabra. Sus composiciones son largas, exuberantes, pomposas, repletas de epítetos, pintorescas, llenas de majestad:


Entonces, á las grises claridades
De! nublado profundo
Se encharcan las terrestres soledades;
Y en sus noches siniestras y sin luna,
Por la lluvia ya hidrópicos ios llanos,
El hondo valle truécase en laguna,
Las simas, en pantanos;
Y, después, de la charca pestilente
Del fondo de la ciénaga alevosa,
Bajo el cielo plomizo eternamente,
Como parió de mónstrufls, de repinte
Surge una Sara intrépida y grandiosa.


Así habla el peeta. No es difícil descubrir sus modelos, sus maestros. Castro, «según todas las probabilidades», ha aprendido en Nuñez de Arce, en Quintana, en Herrera y tal vez en Emilio Ferrari, lo cual no quiere decir que los igaale, porque, en verdad, se necesitan muchos alientos para llegar á aquellos cinceladores de la lírica castellana. Basta ver la maestra para convencerse de que existe un abismo insondable entre Castro y Goiatana. No todos podemos remontarnos á donde vuelan las águilas; y bien puede darse por satisfecho quien, como el señor Castro, tiene
una vista bastante agujada para distinguir en las cúspides del cielo á aquellas olímpicas
aves.

Las composiciones del libro que más nos han gustado por su grandiosidad y forma escultural, son las tituladas El carbón dé piedra, El Himalaya y Nupcias.